Cualquier intento de expresar opinión sobre la naturaleza y la identidad de las diversas plantas bíblicas ha de evitar una cantidad de peligros. Uno de ellos es la suposición tácita de que las plantas mencionadas son idénticas a las que se designan con los mismos nombres en diferentes partes del mundo en el día de hoy. Otro es el supuesto de que las plantas que se encuentran en Palestina en la actualidad también pertenecían a dicha zona en tiempos bíblicos. Además, diversas versiones de la Escritura a menudo reflejan identificaciones erróneas, y hay confusión en la nomenclatura botánica y otras entre los traductores. Esto se debe en parte al hecho de que para los escritores originales los niveles actuales de precisión en cuestiones botánicas no constituían asuntos apremiantes y, además, su terminología no era tan completa como la del botánico moderno, ni mucho menos. Las versiones antiguas, hechas en una época cuando se sabía poco sobre la historia natural de la Tierra Santa y antes que comenzaran a hacerse las clasificaciones científicas, contribuyeron probablemente al grado de confusión ya existente en relación con la identificación de las plantas. Las versiones más modernas corrigen errores obvios, pero existen diferencias de opinión que se mantienen en cuanto a la identidad de algunos nombres, incluidos los de algunos *árboles.
Lo que sigue refleja algunas de las plantas bíblicas silvestres y las que no se incluyen en otros artículos individuales o colectivos sobre temas afines.
Los árboles y la madera se mencionan con frecuencia en la Biblia. La Tierra Santa misma no puede haber sido nunca densamente poblada de árboles, aun cuando se sabe que existían bosques en zonas actualmente desprovistas de árboles. Partes de la llanura de Sarón estaban cubiertas de robles de hoja caduca, mientras que en buena parte de la región montañosa había robles de hoja perenne, incluyendo el Carmelo, donde todavía existen en alguna medida. El pino carrasqueño (o de Alepo) también crecía en suelos adecuados en las montañas. Basán y el Líbano eran fuentes importantes de obtención de madera, y el cedro del Líbano es famoso. La madera era necesaria para la construcción de edificios (aun cuando para las viviendas humildes las ramas toscas servían), barcos, instrumentos musicales, herramientas agrícolas, artículos para el hogar, y hasta ídolos.
Plantas
Ajenjo (heb. la>‡naÆ, gr. apsinthos). En Palestina existen muchas especies de ajenjo, pero las referencias bíblicas son a la Artemisia herba-alba o A. judaica. Todas las especies tienen gusto fuerte y amargo, lo cual hace que se use la planta como símbolo de amargura, tristeza, y calamidad (Pr. 5.4; Lm. 3.15, 19; Am. 5.7; 6.12 [ °nbe alcíbar"]). Moisés lo usó para demostrar los peligros de la idolatría secreta (Dt. 29.18), como también lo hizo Jeremías al advertir sobre el castigo que esperaba a la desobediente Israel (Jer. 9.15; 23.15).
Algarroba (gr. keratia). Fruta seca dulce que comen los animales y los pobres. El hijo pródigo lo hubiera hecho gustosamente debido al hambre que padecía (Lc. 15.16). Es la vaina de la algarroba (Ceratonia siliqua), común en la región del Mediterráneo, donde también se la llama pan de San Juan por la tradición de que estas eran las "langostas" que comía Juan el Bautista, aunque es más probable que realmente hayan sido los insectos conocidos como langostas (* Animales).
Añublo (heb. yeµraµqoÆn, ‘palidez’, ‘verdor’; cf. LXX ikteros, ‘ictericia’). Especie común de hongo (Puccinia graminis) que, en condiciones de humedad, ataca los cultivos en Palestina. En tiempos bíblicos se lo consideraba como castigo de Dios por la desobediencia (Dt. 28.22; Am 4.9, °vrv2 "oruga"; Hag. 2.17, °vrv2 "tizoncillo"), y Salomón pidió en oración ser librado de él (1 R. 8.37; 2 Cr. 6.28). La Biblia siempre menciona al añublo en conjunción con condiciones contrarias, el "viento solano" (heb. sûiddaµfoÆn, lit. ‘chamusquina’), el marchitamiento de las plantas que se opera por efecto del ardiente siroco o viento h\amsén procedente del S.
Arrayán, mirto (heb. h‡d_as; Myrtus communis). Arbusto de las laderas de las montañas palestinas, generalmente de 2–3 m de altura, con hojas fragantes y perennes y flores blancas olorosas que se usan para perfume. Las referencias al arrayán en las Escrituras lo mencionan como símbolo de generosidad divina. Isaías anticipó que el arrayán remplazaría a la ortiga en el desierto (Is. 41.19; 55.13). En una visión que simboliza la paz Zacarías vio un bosquecillo de arrayanes ("mirtos", Zac. 1.8–11), mientras que en Neh. 8.15 los judíos traían ramas de arrayán del monte de los Olivos para construir albergues para la fiesta de las cabañas (tabernáculos) de Lv. 23.40; Dt. 16.16. El nombre Hadasa (Ester) proviene del término hebreo.
Calabacera. La traducción correcta del heb. qéÆqaµyoÆn (Jon. 4.6) ha sido motivo de discusión por muchos eruditos. Plinio y Herodoto supusieron que se trataba de la planta de ricino (Ricinus communis, el kroton de los gr.), y muchas versiones los han seguido (p. ej. °vp, °bj, °ci). Es un arbusto que crece rápidamente y que pudo haberle proporcionado sombra a Jonás, y se dice que se marchita fácilmente apenas se la manosea, como ocurrió en el caso de Jonás. Otros, a partir de la LXX (gr. kolokyntha, pero no la coloquíntida rastrera) sugieren la calabaza vinatera (Cucurbita lagenaria, ár. qar>ah, °vrv2 "calabacera") que cabe mejor botánicamente, ya que el contexto bíblico requiere una vid más que una mata o árbol pequeño, como es el ricino. Por lo tanto es posible que la referencia sea a una "cabaña" como la que protegía a los que estaban de vigilia en el melonar (véase Is. 1.8), y que también era susceptible de marchitarse rápidamente, aun cuando es posible que no haya una explicación natural satisfactoria para un acontecimiento que estaba claramente bajo el control directo del Señor.
Caña. 1. Job 8.11; Gn. 41.2, 18; °vrv2 "prado"; °vp "junco" ; °vm "carrizal" en todos). Es una palabra general para plantas que se encuentran en los pantanos y orillas de los ríos, dado que buscan lugares húmedos; de aquí la pregunta retórica de Bildad ("¿Crece el prado [ °bj "junco", °vm "carrizal"] sin agua?").
2. Heb. ‘junco’ (Ex. 23, 5, °vrv2 "carrizal"; Is. 19.6). Evidentemente se aplica en forma específica a la espadaña o anea (Typha angustata) que todavía se encuentra en las cercanías del Nilo y sus canales. El mar Rojo (yam suÆf) es, literalmente, "mar de cañas".
3. Heb. qaµneh; gr. kalamos. Hierbas altas que crecen en lugares húmedos (pantanos, orillas de ríos, etc.), a menudo lugares favorecidos por animales acuáticos grandes (cf. Job 40.21; Is. 19.6–7; 35.7). Tanto la palabra heb. como la gr. son términos bastante generales, aun cuando algunos piensan que se trata generalmente de la Arundo donax de Palestina y Egipto, que alcanza una altura de 3 m o más, y de la caña común de tamaño más pequeño (Phragmites communis). Israel bajo el juicio de Dios es como una caña sacudida en el agua (1 R. 14.15); y en las palabras de Cristo, en el desierto seco no se encontrarán cañas sacudidas por el viento ni cortesanos con vestiduras delicadas (Mt. 11.7–8; Lc. 7.24). Si se hace un peso excesivo sobre una caña se rompe en forma irregular, y la mano sufrirá los efectos de las punzaduras. Así le ocurrió a Israel con Egipto en los días de Isaías (Is. 36.6; 2 R. 18.21), Jeremías, y Ezequiel (Ez. 29.6–7). La "caña cascada" podría simbolizar a los débiles a quienes el Mesías no habría de eliminar (Is. 42.3; Mt. 12.20).
Antes de la crucifixión los soldados entregaron a Cristo una caña como cetro irónico, y luego lo golpearon con ella (Mt. 27.29–30; Mr. 15.19). En la cruz le fue ofrecido vinagre en una esponja en la punta de una caña (Mt. 27.48; Mr. 15.36; o "hisopo", Jn. 19.29). La caña podía servir para medir, y le dio su nombre a una medida equivalente a 6 codos (Ez. 40.3–8; 41.8 [los 6 codos]; 42.16–19; Ap. 11.1; 21.15–16), como ocurrió con el mismo término qanu en Mesopotamia (* Pesos y medidas).
Cardos, espinos. A los botánicos les resulta difícil identificar los espinos, cardos, zarzas, abrojos y otras plantas espinosas mencionadas en la Escritura, debido al hecho de que se emplean más de veinte palabras diferentes para describirlas, y hay muchas variedades en la seca campiña palestina. Estas *cizañas espinosas se agrupan en géneros tales como Centaurea, Ononis, Silybum, Notobasis, y Poterium. En muchos casos las palabras heb. y gr. son tan imprecisas como las de las versiones españolas.
En general, los espinos expresaban el concepto de esterilidad o actividad infructuosa (Gn. 3.18; Nm. 33.55; Jos. 23.13). Constituían prueba del juicio divino sobre los infieles (Nah. 1.10), o de pura mala fortuna (Ez. 2.6). Si se les permitía crecer en forma descontrolada en las huertas o viñedos ocasionaban graves problemas a la productividad de árboles y vides (Pr. 24.31; Is. 5.6; Jer. 12.13), pero cuando se los controlaba y se los utilizaba como cercas servían como barreras efectivas contra los animales salvajes (Os. 2.6; Mt. 21.33). Los espinos se usaban mucho en la época del AT como combustible que ardía rápidamente, como es el caso con los beduinos de la actualidad (Sal. 58.9; Is. 9.18; 10.17). El carácter destructivo de los espinos y cardos ha sido expresado gráficamente en algunas parábolas de los evangelios (Mt. 13.7; Mr. 4.7; Lc. 8.7), como también su improductividad (Mt. 7.16). Los cardos son plantas herbáceas mientras que los espinos son leñosos. En la parábola del sembrador (Mt. 13.7, etc.) los "espinos" entre los que cayó el grano probablemente fueran ejemplares del cardo lechero (Silybum marianum) que infesta las orillas de los campos y crece muy rápido.
Algunas de las referencias bíblicas a "espinos" son a la zarza sagrada (Rubus sanguineus). Las de Pr. 15.9 y Os. 2.6 pueden ser a dicha zarza, mientras que los "espinos del desierto" (Jue. 8.7) podrían ser acacias, o Ziziphus lotus, y los "abrojos" cambroneras (Lycium sp.), que es la "zarza" de la parábola de Jotam (Jue. 9.14). La corona de *espinas (Mt. 27.29; Mr. 15.17; Jn. 19.5) tejida para Jesús antes de su crucifixión tiene que haber sido confeccionada con materiales disponibles localmente. Si bien la "corona de Cristo" (Paliurus spina-christi), que tiene largas ramas espinosas, no se encuentra en la actualidad cerca de Jerusalén, se sabe que sí existió en la antigüedad. Sin embargo, algunos autores consideran que se usó la pequeña pimpinela espinosa (Poterium spinosum) o árbol Ziziphus spina-christi; otros han sugerido las espinas de la Phoenix dactylifera, como imitación burlona de la corona radiada (cf. H. St J. Hart, JTS s.n. 3, 1952, pp. 66ss). (Véase tamb. Ortigas, inf.)
El heb. galgal, ‘rueda’, se traduce "cardo", "zarza" en °vp, "vilano" en °nbe, "flor de cardo" en °lpd, en Is. 17.13 (°vrv2 "polva"); Sal. 83.13 (°vrv2 "torbellino"). En otras vss. aparece como "hoja", "hojarasca", "hoja volandera", "nube de polvo", "remolino", etc. Se refiere a ciertos cuerpos frutantes diseminados por el viento, que se desprenden de plantas que crecen en zonas secas y abiertas. Plantas palestinas de este tipo son la Grundelia tournefortii y la Cachrys goniocarpa, como también los granos vellosos de algunas hierbas que se juntan y forman pelotas que ruedan. La Anastatica hierochuntica no es una de ellas, a pesar de que se ha hecho la sugerencia con frecuencia, porque permanece firmemente adherida a la raíz, incluso una vez muerta.
Cizaña. Término que se aplica generalmente a las plantas silvestres de los campos cultivados o vírgenes. En la Biblia se las representa como plagas inservibles y molestas, como que lo fueron para el agricultor. Varias palabras originales, especialmente el gr. zizania, ár. zuwaµn, se traducen en °vrv2 como "cizaña", la que probablemente sea más correcto considerar como el joyo (Lolium temulentum). En la etapa de la hoja esta hierba se asemeja al trigo, pero si se sigue el consejo bíblico y se permite que ambas plantas crezcan juntas hasta el momento de la cosecha (Mt. 13.30) la pequeña espiga resulta claramente distinguible y generalmente, les toca a las mujeres y a los niños la tediosa tarea manual de la separación. Si el grano de trigo se contamina con el grano amargo del joyo el envenenamiento que produce ocasiona malestar y vómitos. El acto de sembrar joyo en un campo con fines de venganza (cf. Mt. 13.25s) era un ofensa bajo la legislación romana. La necesidad de que existiese una ley relacionada con esto indica que dicho proceder no era infrecuente.
Algunas versiones tienen "cizaña" como traducción de palabras que en otras aparecen como *ortiga o *espinos.
Posiblemente sea correcto traducir el heb. bo
Parra montés, calabaza silvestre (heb. paqqu>oµt_, ‘crepitadoras’). Se trataba de la coloquíntida (CitrunBnBus colocynthis), y se menciona en 2 R. 4.39. Se parecen a melones pequeños, pero constituyen una purga violenta que puede resultar peligrosa. La coloquíntida se arrastra por el suelo en lugares arenosos cerca del mar Muerto.
Enebro (heb. roµt_em y variantes; °bj "retama"). Arbusto palestino común (Retama raetam) de lugares arenosos, de 2–4 m de altura, con numerosas flores pisiformes blancas en la primavera. En un momento de desesperación Elías se sentó bajo uno (1 R. 19.4–5). Sus raíces proporcionan un carbón excelente que se usaba para fabricar flechas incendiarias (Sal. 120.4), y para proporcionar calor (Job 30.4), si bien algunos autores consideran que este último versículo se refiere a la planta parásita Cynomorium coccineum, que se alimenta de las raíces del enebro, y que tal vez sea comestible.
Hisopo. Es evidente que con este nombre se hace referencia a varias especies diferentes de plantas en la Biblia, pero se discute mucho la identidad de las mismas. Hay acuerdo, sin embargo, en que la hierba conocida como hisopo (Hyssopus officnalis) en la actualidad no era una de ellas, por cuanto es originaria del S de Europa.
En el AT se usaba el "hisopo" en los ritos de la pascua (Ex. 12.22), para la purificación de los leprosos (Lv. 14.4, 6), para las plagas (Lv. 14.49–52), y en el sacrificio de la vaca alazana (Nm. 19.2–6; cf. He. 9.19). En Sal. 51.7 se hace referencia a las cualidades purificadoras del "hisopo". Generalmente se considera que esta planta es la mejorana siria (Origanum syriacum) que es una hierba perenne de hojas grises y tallos duros, de 20–30 cm. de alto, con flores blancas fragantes en pequeñas cabezuelas, que crece en lugares rocosos y secos. Se considera que en 1 R. 4.33 se menciona una planta diferente, probablemente la alcaparra (Capparis spinosa) que se observa comúnmente en las paredes de edificios viejos; tiene tallos leñosos y espinosos, y grandes flores blancuzcas.
En el NT el "hisopo" usado en la crucifixión (Jn. 19.29 donde °sba lee hyssoµ, ‘a una lanza’; cf. °bla "en una caña") era, probablemente, una caña o un palo, pero el cereal durra (Sorghum vulgare), con aspecto de caña, se ha considerado como la sugerencia más probable.
Junco. La palabra junco tendría que aplicarse a especies de Jancus, pero se la aplica ampliamente a otras plantas que crecen cerca del agua (excepto a las hierbas de los pantanos, que son cañas), tales como la anea, también llamada espadaña (Typha), y juncias tales como el papiro (Cyperus papyrus), y corresponde a los vocablos. El primero es un término general, "juncos", "caña". Por infidelidad para con Dios, Israel es privada hasta de la materia prima básica y ordinaria tal como la "rama y caña" (°vm "ramo de la palma y junco") (Is. 9.14), mientras que estas, a pesar de su utilidad, no le servirán a Egipto para solucionar sus problemas (Is. 19.15). Los juncos servían para hacer sogas, o podían también usarse como combustible (Job 41.2, 20). La cabeza inclinada como expresión externa de penitencia es como la punta inclinada del junco (Is. 58.5); aquí probablemente se hace referencia al papiro, ya que esta planta no se quiebra sino que se inclina fácilmente ante el viento.
El término goµme< puede significar planta de papiro (para lo cual véase * Papiros y óstraca, I), o de lo contrario cañas en general; cualquiera de los dos significados encuadra con las referencias bíblicas a goµme<, planta que crece en los pantanos (Job 8.11), lo cual simboliza el crecimiento cenaposo (Is. 35.7); se empleaba para hacer esquifes de papiro en Egipto y Etiopía (Is. 18.2), y con ella se hizo la arquilla de juncos de Moisés (Ex. 2.3). El heb. goµme< probablemente sea lo mismo que el egp. gmy y k\my, ‘cañas’, ‘juncos’, atestiguados a partir del ss. XIII a.C., y kam en copto. (Véase R. A. Caminos, Late-Egyptian Miscellanies, 1954, pp. 167–168, 412; cf. W. Spiegelberg, Koptische Etymologien, 1920, pp. 4–6; T.O. Lambdin, JAOS 73, 1953, pp. 149.)
Lirio (heb. sûoÆsûaÆn, y variantes; gr. krinon). Como con la "rosa" de la Biblia, se ha especulado bastante en cuanto a la identidad botánica del "lirio". En el uso común esta palabra se aplica a varias plantas decorativas. Se piensa que en la mayoría de las referencias en Cnt. se trata del jacinto (Hyacinthus orientalis), bulbásea de flores azules, si bien los labios como lirios en Cnt. 5.13 podría ser una alusión al tulipán escarlata (Tulipa sharonensis), o la anémona amapola roja (Anemone coronaria), siendo también roja la mirra fragante que se menciona allí. Si bien la azucena blanca (Lilium candidum) es silvestre en Palestina, se encuentra en lugares rocosos y no es probable que sea la planta a que se hace referencia en Cnt. 6.2–3, como se ha sugerido. Es probable que el "lirio" de Os. 14.5 sea, por la referencia al hábitat húmedo, el gladiolo amarillo (Iris pseudacorus), la "flor de lis" de los franceses.
Las referencias a ornamentos en "forma de lirios" en las columnas del templo de Salomón en 1 R. 7.19, 22, 26 y 2 Cr. 4.5 probablemente indiquen representaciones talladas de la ninfea. El loto egipcio (la Nymphaea caerulea de flores azules, y la N. Lotus blanca) ejercieron mucha influencia en el arte del antiguo Cercano Oriente, como lo demuestra la presencia del loto en muchos objetos de arte arqueológicos de Egipto y Palestina.
Los "linos del campo" (Mt. 6.28; Lc. 12.27) podrían ser cualquiera de las flores espectaculares y hermosas de la campiña palestina. Se han sugerido muchas, entre ellas la anémona amapola Anemone coronaria y la margarita blanca Anthemis palaestina o la reina margarita Chrysanthemum coronarium.
Malva (heb. malluÆah\; °vm "barrilla", °bj "armuelle", Job 30.4). El término significa "salinidad", ya sea referida al gusto de la planta o a los lugares donde crece. La especie más probable es el armuelle achaparrado (Atriplex halimus), de los lugares salinosos cerca del mar Muerto o el Mediterráneo. La malva (Malva rotundifolia) puede usarse como espinaca, pero no tiene sabor salado; es una maleza común en lugares desérticos pero no salinos.
Mandrágora , Mandragora officinarum. Hierba perenne de la familia de la dulcamara con una roseta de hojas grandes, flores de color de malva durante el invierno, y fragantes frutas redondas y amarillas en la primavera (Cnt. 7.13). Se dice que tiene cualidades eméticas, purgantes, y narcóticas. La raíz principal, bífida y en forma de torso, dio origen a muchas supersticiones. Desde la antigüedad se le han atribuido propiedades afrodisíacas, lo cual explica la discusión entre Raquel y Lea (Gn. 30.14). Crece en los campos y en las tierras ásperas de Palestina, y en la región del Mediterráneo.
Mostaza. Mucha controversia rodea la identificación de la planta (gr. sinapi) cuya semilla fue usada por Cristo como ilustración de algo que se desarrolla rápidamente a partir de un comienzo pequeño, tal como el reino de los cielos (Mt. 13.31; Mr. 4.31; Lc. 13.19), o la fe del individuo (Mt. 17.20; Lc. 17.6). Algunos estudiosos consideran que es la mostaza negra (Brassica nigra) la que se indica, ya que en los tiempos del NT sus semillas eran cultivadas por el aceite, como también para fines culinarios. Puede alcanzar una altura de 5 m, aunque generalmente es mucho más pequeña. Una interpretación ve a la "mostaza" como una planta monstruosa que predice la expresión mundana de la cristiandad, con el mal, ejemplificado por los pájaros, en sus ramas.
Nogal, nuez. Dos palabras heb. se traducen así. 1. <ƒg÷oÆz (ár. gawz), únicamente en Cnt. 6.11, probablemente como referencia al nogal, °vrv2 Junglans regia), introducido desde Persia. 2. Generalmente se considera que bot\néÆm (Gn. 43.11 únicamente) es el pistacho (Pistachia vera), cuyos frutos deben de haber sido importados de Oriente, donde crecía antes que fuera cultivado en la región oriental del Mediterráneo. No obstante, los terebintos autóctonos (P. atlantica y P. terebinthus, var. palaestina) también producen nueces comestibles de tamaño pequeño. Algunas autoridades judaicas identifican a esta palabra heb. con la algarroba. (Véase Algarroba.)
Ortiga. Existe cierta incertidumbre acerca de las plantas precisas a que se refiere esta traducción de las dos palabras hebreas. 1. h\aµruÆl, tal vez de la raíz obsoleta haµral, "ser agudo", "picar". Se encuentra en Job 30.7 (°vrv2 "espinos"; °vm "zarzas"; LXX "zarzal silvestre"); Pr. 24.31; Sof. 2.9 (°bj "cardizal"). 2. qimmoÆsŒ (Is. 34.13; Os. 9.6). Probablemente la verdadera ortiga, de la que la especie más común en Palestina es la Urtica pilulifera, que crece en lugares desérticos. (Véase tamb. Cardos, sup.)
Retama (heb. >ar>aµr Jer. 17.6). La palabra heb., traducida retama en °vrv2 (°bla "mata de cardo"), se considera por los eruditos judaicos como el enebro fenicio (Juniperus phoenicea). También se ha sugerido el tamarisco (Tamarix sp., así °bj). Una palabra similar, >‡roÆ>eµr, en Jer. 48.6 aparece como "onagro" en °bj y "burros salvajes" en °bla ("retama" en °vrv2 y °vm).
Rosa. La rosa verdadera, p. ej. Rosa phoenicia, no es común en Palestina, y es poco probable que la "rosa de Sarón" (Cnt. 2.1) sea esta planta. Se han mencionado como posibilidades las siguientes plantas: Anemone, Cistus, Narcissus, Tulipa, y Crocus.
En los apócrifos la "rosa" de Ecl. 1.8 floreció en la primavera, y puede ser ya sea el tulipán, el narciso, o el croco. En Ecl. 24.14 y 39.13 probablemente las referencias sean a la adelfa (Nerium oleander), que es un arbusto alto de flores rosadas, con hojas ponzoñosas, que crece en los arroyos rocosos. Las "rosas" de 2 Esdras 2.19 y de Sabiduría 2.8 se han considerado diversamente, como especies de cisto (Cistus), rosa (Rosa), o adelfa.
En Is. 35.1 el heb. h\‡b_as\s\elet_ significa bulbo, de allí la traducción de °ci "cólquico" (si bien estrictamente es un tallo bulboso o cebolla). Hay muchas especies de crocus en la Palestina que florecen durante el invierno. La LXX lo tradujo como krinon ("lirio"), °vrv2 "rosa", y °nbe "asfódelo", que es una planta tuberosa. °bj tiene "flor". Una sugestión mejor aun sería el polyanthus narcissus (Narcissus tazetta), porque es una verdadera tuberosa (°nbe "flor de narciso"). Es posible que la referencia a la "rosa de Sarón", Cnt. 2.1, sea al croco.
Vid de Sodoma. Existe una diversidad de opiniones con respecto al carácter de las alusiones en el cántico de Moisés (Dt. 32.32). Hay una clara posibilidad de que la expresión tenga carácter figurado, por la que se describe la amargura de los enemigos de Israel. Si se trata de una planta verdadera, se indica una que oculta una sustancia polvorosa debajo de un hollejo atractivo. Se ha sugerido la Solanum sodomeum o la Calotropic procera, que tienen semillas plumosas dentro de una fruta inflada. Es más probable que la frase haya surgido de la asociación con la coloquíntida, *calabaza silvestre, Citrullus colocynthis, que se arrastra por el suelo arenoso cerca del mar Muerto y tiene frutas amargas de poco peso.
Acacia (heb. sûit\t\imm, °vrv1 "Sittim", y "espinos" en Is. 41.19). Varias especies de acacia (Acacia albida, A. tortilis, A. iraqensis) existen en los uadis del desierto de Sinaí y en el cálido valle del Jordán, donde el lugar geográfico Sitim recibió su nombre de dicho árbol (Jos. 2.1). La madera dura de este árbol fue usada por los israelitas para el arca y partes del *tabernáculo o tienda de reunión (Ex. 25). Estos árboles espinosos y de ancha copa se encontraban entre los pocos árboles disponibles en Sinaí, adecuados para proporcionar trozos de madera de tamaño utilizable.
Álamo. 2 S. 5.23–24; 1 Cr. 14.14–15; °vrv2 "balsameras"; °vrv1 "morales"). Cuando Jacob engañó a Labán se valió de varas de álamo, avellano y castaño (Gn. 30.37). El álamo (Populus eufratica) es alto y con hojas que susurran (2 S. 5.23–24; 1 Cr. 14.14–15) y, como el sauce (véase inf.), crece al lado del Jordán y los arroyos donde las ramas echan raíces fácilmente (Os. 14.5, °nbe, °nc). Por consiguiente es poco probable que se lo encuentre en las cimas de las montañas, como uno de los árboles de sombra bajo los cuales se hacían sacrificios y ofrendas (Os. 4.13). Esta podría ser una referencia al estoraque (Styrax officinalis), que tiene hojas blancas en su superficie inferior. Se piensa que la "rama" de Gn. 49.22 (°vp "planta") puede haber sido el álamo del Éufrates.
Almendro. El almendro (Prunus dulcis o Amygdalus communis) florece en la Tierra Santa ya en enero. Su nombre heb. sûaµqeµd_, ‘el que vela’, da la idea del primero de los árboles frutales en cobrar vida después del invierno. Las flores son blancas con un tinte rosáceo, por lo que se evidencia la analogía con el patriarca de cabellos canos (Ec. 12.5). La belleza del almendro era frecuentemente copiada en adornos (Ex. 25.33–34). Además de producir aceite, el meollo constituía alimento favorito en Palestina, y era regalo aceptable, como cuando Jacob envió almendras a Egipto (Gn. 43.11). Probablemente se haga referencia a él en Gn. 30.37, donde °vrv2 traduce "avellano", y se menciona en Jer. 1.11–12, donde un juego de palabras (con sûaµqeµd_ y sûoµqeµd_) ilustra el rápido cumplimiento de las promesas por parte de Dios. Véase A. Goor y M. Nurock, Fruits of the Holy Land, 1968, pp. 241–254.
Almugguim. 1 R. 10.11–12; la mayoría de las vss. traduce "sándalo", mientras que °bj y °ci retienen el vocablo heb.). Importado por Judá con oro de Ofir. La ubicación de Ofir sigue siendo conjetural, y la identidad del árbol es incierta. La tradición lo equipara con el sándalo rojo (Pterocarpus santalinus), que es un árbol leguminoso grande originario de la India y Ceilán. Otros sostienen, empero, que tanto el alguÆmméÆn como el almuÆggéÆm deberían equipararse con un árbol del Líbano.
Castaño (heb. >armoÆn, Gn. 30.37; Ez. 31.8). El "castaño" (°vrv2, °vp) no es autóctono de la región; en cambio el "plátano" (Platanus orientalis; °bj y otras vss., "plátano"; °vm "plátano oriental"), árbol grande de hojas caducas, crece en lechos rocosos de arroyos en la Palestina septentrional. Tiene hojas digitadas y capítulos colgantes redondos.
Cedro. Se trata del cedro del Líbano, Cedrus libani, conífera grande y extendida que anteriormente abundaba en el mte. Líbano, donde en la actualidad está reducida a pocos ejemplares dispersos, y se los protege. La madera era altamente estimada por su durabilidad y se usó, por ejemplo, en la contrucción de la casa de David (2 S. 5.11, etc.), el templo de Salomón (1 R. 5.6–10, etc.) y el templo nuevo edificado después el exilio babilónico (Esd. 3.7). Hay textos extra bíblicos que afirman que Nabucodonosor explotaba los bosques libaneses (cf. Hab. 2.17). Salomón tenía carros, o más probablemente sillas de manos, hechos de cedro (Cnt. 3.9). El cedro puede alcanzar una altura de 40 m, y los escritores del AT lo usaban como figura de estatura en el hombre (Ez. 31.3; Am. 2.9), de magnificencia (Sal. 92.12), y majestad (2 R. 14.9). El significado del heb.
Ciprés. Árbol (Cypressus sempervirens) con un desarrollo denso, de 13–20 m de altura, con numerosas ramas con hojas escamadas, y que proporciona una madera excelente. Con frecuencia se los planta en los cementerios mediterráneos como variedad columnar (var. pyramidalis). °vrv2 traduce como "ciprés" el heb. bƒroÆsû (Is. 41.19; 55.13; °vrv1 "haya, °vm "abeto"), mientras que la variante bƒroÆt_éÆm (Cnt. 1.17) se traduce "pino" en rsv. Según los elementos de prueba el ciprés sería el heb. tƒ
Ébano (heb. hob_néÆm, Ez. 27.15; egp. hbny). El duramen negro rojizo del Dalbergia melanoxylon, árbol leguminoso de las partes más secas del África tropical. Se lo usaba extensamente en el antiguo Egipto para muebles finos, vasijas valiosas, enchapados, cetros, e ídolos. Sólo posteriormente se aplicó esta palabra egp. a las maderas de negro azabache del género Diospyros que se obtenían en el África tropical, y ahora especialmente al D. ebenum de Ceilán. Véase A. Lucas y J. R. Harris, Ancient Egyptian Materials4, 1962, pp. 434–435; F. N. Hepper, "On the transference of plant names", PEQ 109, 1977, pp. 129s.
Encina (heb. tirzaÆ, Is. 44.14, °vrv1; °vrv2 "ciprés"). Madera usada para hacer ídolos paganos. Si la encina de °vrv1 indica la madera de la encina perenne (Quercus ilex) de la zona del Mediterráneo central, se la hubiera tenido que importar. En cambio evidentemente la referencia es, según el contexto, a un árbol autóctono, tal como alguno de los robles de la zona. °vrv2 y °vm traducen la palabra heb. por "ciprés" (Cypressus sempervirens); otras vss. tienen "roble" (°bj ); ambos son nativos de Palestina. La palabra heb. tirzaÆ es semejante a la palabra ugarítica tisr para ciprés.
Las palabras heb.
La encina o roble era árbol favorito debajo del cual sentarse (1 R. 13.14), o sepultar los muertos (Gn. 35.8; 1 Cr. 10.12). Los árboles solitarios constituían mojones (1 S. 10.3; °vrv1 "campina"). Su madera poco se menciona; es dura y se usaba para hacer remos (Ez. 27.6). Basán era renombrada por sus encinas (Is. 2.13; Ez. 27.6; Zac. 11.2), y hasta el día de hoy pueden verse hermosos ejemplares adultos de Q. aegilops en esa región. La tintura escarlata o carmesí, empleada en ritos heb. (Ex. 25.4; 26.1; He. 9.19, etc.), se obtenía de un insecto cóccido que cubría las ramitas de la encina coscoja. Absalón quedó atrapado por el cabello en una encina (2 S. 18.9–10).
El heb. <‡sûeµraÆ se traduce en °vrv1 (siguiendo la LXX alsos) como "bosque" o "(lugar) alto" idolátrico (Ex. 34.13; Dt. 16.21; 2 R. 17.16, etc.), dado que se pensaba que se refería a un encinar o robledo. En cambio los entendidos actuales sostienen que no se trata de una referencia a árboles sino a una imagen o un asta cúltica de la diosa cananea Asera (así °vrv2), consorte de Él. No obstante, con frecuencia también había árboles en torno a la cuestión: "No plantarás ningún árbol para Asera" (Dt. 16.21); "Sacrificaron … debajo de las encinas, álamos y olmos que tuviesen buena sombra" (Os. 4.13). Hasta el día de hoy pueden verse en diversas partes de Palestina bosques "sagrados" de encinas y terebintos.
Granado (heb. rimmoÆn). Árbol pequeño o arbusto (Punica granatum) que se cría en forma silvestre en algunos países orientales, y que se estima y cultiva grandemente desde épocas primitivas. Varios lugares en Palestina llevan su nombre, p. ej. Rimón (Jos. 15.32), Gat-rimón (Jos. 19.45), En-rimón (Neh. 11.29). Tiene numerosas ramas extendidas, hojas caducas de color verde oscuro, ocasionales espinas, cáliz grande y persistente, y flores rojas brillantes. Cuando está plenamente maduro su fruto, que tiene forma de manzana, ostenta una mezcla de colores, amarillo, marrón y castaño, y contiene una multitud de semillas recubiertas de una piel delgada y rodeadas de una pulpa acuosa de color rosa. Existen dos variedades, dulce y ácida. Con el jugo se hace una bebida refrescante, con las semillas un jarabe (granadina), y de las flores un medicamento astringente. Con granadas ornamentales se decoraba la vestimenta del sumo sacerdote (Ex. 28.33), los capiteles de las columnas del templo de Salomón (1 R. 7.20), y el siclo de plata de Jerusalén que circulaba en 143–135 a.C. Véase Goor y Nurock, op. cit., pp. 70–88.
Haya. Las palabras heb. bƒroÆsû, bƒroÆt_éÆm se trad. "ciprés", "haya", palabras que suelen aplicarse popularmente a diversas coníferas. Los eruditos hebreos aceptan la aplicación de estos nombres al alto enebro griego, Juniperus excelsa, del que se importó la madera desde el Líbano para la construcción de la casa y el templo de Salomón (1 R. 5.8, 10), desde Senir (Hermón) para la construcción de embarcaciones (Ez. 27.5, cf. °vrv1, °vrv2), y también para instrumentos musicales (2 S. 6.5).
Madera olorosa (gr. thyinos, Ap. 18.12; °vp "madera aromática", °ci "madera exótica"). La madera de la tuya articulada (Tetraclinis articulata), pequeña conífera originaria del NO del África. La madera es oscura, dura, y fragante, y era valorada por los griegos y los romanos para la fabricación de armarios. Otro nombre que recibe es madera de cidro (pero no está relacionada botánicamente con los Citrus), y algunas versiones utilizan dicho nombre; otras entienden que se trata del sándalo.
Manzano (heb. tappuÆah\). La identidad de esta fruta, que se menciona principalmente en Cnt., ha sido muy discutida en razón de la objeción (insostenible) de que Palestina es un lugar demasiado caliente y seco para el cultivo adecuado de la manzana verdadera (Malus pumila o Pyrus malus). Las palabras heb. y ár., sin embargo, favorecen dicha lectura; es un árbol que ofrece buena sombra, la fruta es dulce (Cnt. 2.3), y su perfume es muy apreciado (Cnt. 7.8). La manzana cultivada puede haber tenido su origen en la región del Cáucaso y por cierto que crece muy bien en los cultivos en partes de la Tierra Santa. Aun cuando la mayoría de las cualidades mencionadas se aplican también al albaricoquero (Armeniaca vulgaris o Prunus armeniaca), del que sería más apropiada la imagen de Pr. 25.11 relativa a la "manzana de oro", resulta dudoso el que el albaricoquero existiera en Palestina en esa época. Esta objeción resulta más seria todavía en el caso del cidro chino (Citrus medicus), que constituye una tercera sugerencia. También se ha propuesto una fruta asiática occidental, el membrillo (Cydonia oblonga), pero su gusto es algo amargo, y la Misná traduce el término con una palabra heb. diferente. Véase Goor y Nurock, op. cit.
Morera (gr. sykaminos, Lc. 17.6, °vp, °nbe; en °vha, °ci "moral"). La morera negra (Morus nigra), árbol pequeño y fuerte, con fruto comestible de color rojo sangre, se cultiva en Palestina. Consideran algunos que puede referirse al sicómoro (así °vrv2 y otras), pero no hay razón para dudar de que para la época del NT ya existía la morera negra.
Palmera (heb. taµmaµ, gr. foenix). Palmera datilera, Foenix dactylifera, árbol alto, delgado, sin ramas, con un penacho de 3–4 m de hojas semejantes a plumas. Los racimos de flores masculinas y femeninas aparecen en árboles separados. Forma bosques en el cálido valle del Jordán. Por numerosas referencias parecería que en los tiempos bíblicos era común plantarlas en forma aislada (Jue. 4.5), aunque el fruto de los ejemplares ubicados en zonas altas era de calidad pobre. Con frecuencia la palmera daba nombre al lugar donde crecía, p. ej. Tamar (Ez. 47.18–19; 48.28); Hazezon-tamar (Gn. 14.7, etc.). A Jericó se la llamaba "ciudad de las palmeras" (2 Cr. 28.15). La palmera tipificaba la gracia, la elegancia, y la rectitud (Sal. 92.12; Jer. 10.5), y Tamar se usaba como nombre de mujer (2 S. 13.1; 14.27). También era símbolo de victoria y regocijo, y el uso de hojas de palmera ("ramas") cuando Jesús entró en Jerusalén (Jn. 12.13) constituía un acto significativo (cf. Ap. 7.9, "palma"). La forma de la palmera se usaba en ornamentación arquitectónica (1 R. 6.29, 32; Ez. 40.31). Véase Goor y Narock, op. cit., pp. 121–151.
Pino. Existen razones para creer que el heb.
Sándalo (heb.
Sauce (heb. >‡raµb_éÆm, s\afs\aµfaÆ). Los sauces (Salix acmofylla y otras especies) se encuentran comúnmente cerca de los arroyos permanentes en el Oriente Medio, y en las referencias bíblicas generalmente están vinculados con su hábitat (Job 40.22; Is. 25.7; 44.4; Ez. 17.5). Son arbustos o pequeños árboles que forman espesuras. Los "sauces de los arroyos" (Lv. 23.40) y los "sauces" de Babilonia (Sal. 137.2) en general se consideran actualmente como álamos (Populus eufratica). Más aun, M. Zohary (Flora Palaestina, 1, 1966, pp. 29) sostiene que en la literatura posbíblica los nombres heb. del sauce y el álamo fueron intercambiados.
Las "cuerdas nuevas" o "sogas nuevas" (°vm) usadas por Dalila para atar a Sansón (Jue. 16.11) pueden haber sido cortezas de sauce o ramitas fibrosas del arbusto desértico Thymelaea hirsuta.
Sicómoro (heb. sûiqmaÆ, gr. sykomoµraia). El sicómoro (Ficus sycomorus), es un árbol fuerte de 10–13 m de altura, con tronco corto, ramas que se extienden ampliamente, y hojas perennes. Se plantaba, y se planta todavía, en Egipto y en las tierras bajas de Palestina (1 R. 10.27, °nc; 2 Cr. 1.15, °vm, °nc; 9.27, °nc; en todas estas referencias °vrv2 tiene "cabrahigos"). Su madera resultaba importante para Egipto, donde los árboles eran escasos, para la fabricación de ataúdes y otros objetos de madera. Su fruto es comestible y era lo suficientemente importante como para que el rey David designara oficiales para que cuidaran los olivares y los sicomorales (1 Cr. 27.28, °vm), y para que el salmista considerara la destrucción de los sicómoros por helada como una calamidad para los egipcios comparable con la destrucción de sus propias viñas (Sal. 78.47, °vm). En Am. 7.14 °vm mg, "cosechador de fruta del sicómoro", o °vrv2, "recojo higos silvestres", es incorrecta, ya que la palabra heb. significa podador o cuidador de la fruta. Se trataba de la operación de cortar la parte superior de cada higo a fin de asegurar que madurara en forma adecuada y libre de insectos. Zaqueo subió a un sicómoro para ver pasar a Jesús (Lc. 19.4); todavía pueden verse sicómoros en las calles de algunas ciudades palestinas. Este árbol no debe confundirse con el sicómoro europeo (Acer pseudoplatanus) o el plátano norteamericano (Platanus) también conocido como sicómoro.
Tamarisco (heb.
Terebinto, árbol de la trementina (heb.