»
Inicio » Definiciones Bíblicas


Nazareo

(heb. naµzéÆr, de naµzar, ‘separar, consagrar, abstenerse’; neµzer, ‘diadema’, la "corona de Dios", a veces se equipara con el cabello sin cortar del nazareo). En Israel el nazareo era el que se apartaba de los demás mediante la consagración a Yahvéh con un voto especial.

El origen de la práctica es premosaico y oscuro. Los semitas y otros pueblos primitivos a menudo se dejaban el pelo sin cortar durante alguna empresa que requiriese auxilio divino, y luego consagraban el cabello.



I. La legislación de Números 6

Si bien cronológicamente no es la primera referencia bíblica al tema, las reglas para el nazareato bosquejadas en Nm. 6 proporcionan la base más completa y más conveniente para la discusión. La legislación tiene tres secciones.

a. Prohibiciones
(i) El nazareo tenía que abstenerse del vino y las bebidas embriagantes, del vinagre y de las pasas. Esto puede haber tenido como fin salvaguardar la integridad y la santidad del nazareo ante la posibilidad de la posesión por un espíritu que no fuera el de Yahvéh (Pr. 20.1). Como el sacerdote que debía oficiar, el nazareo renunciaba al vino con el fin de poder acercarse a Dios más dignamente. Sin embargo otros ven en la abstención una protesta contra la cultura cananea, y un deseo de volver a las costumbres nómades.

(ii) No debía cortarse el cabello mientras durase su consagración (naµzéÆr = "vid no podada", Lv. 25.5, 11). Se consideraba al cabello como el asiento de la vida, "la morada favorita de espíritus e influencias mágicas", que debía ser conservado en su estado natural hasta que al quemarlo se asegurase su desaparición sin temor de profanación.

(iii) No debía acercarse a un cuerpo muerto, ni siquiera el de su pariente más cercano, prohibición que correspondía también en el caso del sumo sacerdote.

b. Violación
Si la regla mencionada en último término fuera quebrantada inadvertidamente, el nazareo debía someterse a ritos purificatorios minuciosamente detallados, y comenzar toda la experiencia de nuevo. Es notable, sin embargo, que los términos del voto nazareo no impedían el cumplimiento de otras obligaciones domésticas o sociales.

c. Terminación
Al final de su voto el nazareo debía ofrecer diversos sacrificios establecidos, y luego cortarse el pelo y quemarlo en el altar. Después de ciertos actos rituales por el sacerdote, el nazareo quedaba libre de su voto.

Los rasgos distintivos del nazareato original eran una consagración completa a Yahvéh, en la que el cuerpo, no considerado meramente como algo que debía ser refrenado, se dedicaba al servicio sagrado; una extensión hacia el laico de una santidad generalmente asociada solamente con el sacerdote; además, tenía carácter individualista, en contraste con grupos tales como los recabitas.



II. Problemas en relación con el nazareato

Se desprende claramente de las provisiones que el nazareato duraba un tiempo determinado. Pero por oposición a esto, y en fecha anterior a la mencionada legislación (para cuyo fechamiento véase Libro de Números), hay casos en la era preexílica de padres que dedicaban a sus hijos al nazareato permanente. Está, por ejemplo, la consagración de Samuel (1 S. 1.11), al que no se le llama nazareo ( 1 S. 1.22 termina con las palabras, "nazareo para siempre todos los días de su vida"). Está también el nazareato expreso de Sansón (Jue. 13), elementos de cuyo relato pueden corresponder al siglo X a.C. El que Samuel y Sansón hayan sido nazareos es algo que se ha cuestionado. ¡La verdad es que el relato de Sansón lo menos que sugiere es que se haya abstenido del vino! Podría ser que el término "nazareo" se aplicase en forma imprecisa al que estaba consagrado a Yahvéh.

Absalón, por otra parte, ha sido considerado con frecuencia como un tipo de nazareato perpetuo. Amós, en cuya época parecería que abundaban los nazareos, habla claramente de los nazareos a quienes el pueblo procura desviar de su abstinencia (2.11–12). Durante todo el período preexílico resulta difícil encontrar pruebas directas de la existencia de nazareos temporarios.



III. Evolución posterior

Desde la época del exilio el nazareato parece haber sido por un período determinado únicamente. Se mezclaron elementos extraños, y el motivo ya no era exclusivamente la penitencia y la devoción. En algunas ocasiones se lo practicó con el fin de obtener ciertos favores de Yahvéh (donde Berenice cumple un voto de 30 días), como actividad ritual meritoria, o incluso para hacer apuestas. Los judíos acaudalados a menudo financiaban el sacrificio final; se dice que Herodes Agripa I lo hacía, y a Pablo se lo persuadió a que cumpliera este servicio para cuatro miembros de la iglesia de Jerusalén (Hch. 21.23ss; 18.18 para el voto nazareo cumplido por Pablo mismo). Inevitablemente intervino la casuística, y un tratado especial de la Misná fijaba la duración mínima del nazareato en 30 días.

Por las referencias en Josefo parece que los nazareos constituían un rasgo común de la época. Para la sugestión de que Juan el Bautista y Jacobo el hermano del Señor hayan sido nazareos.